Miconos

Si madruga, podrá disfrutar de Mykonos a sus anchas. Aproveche para pasear por las calles estrechas, famosas por su arquitectura cicládica, y piérdase entre edificios blancos de forma cúbica, tiendas encantadoras, iglesias ortodoxas y molinos tradicionales. Siéntase parte de la clase alta acudiendo a eventos de postín en playas icónicas, dese un chapuzón en piscinas de agua salada, haga una visita guiada a los viñedos y baile en bares en los que el ritmo (y el volumen) de la música le inundará. Cuando el calor empiece a aflojar, haga una escapada a la isla sagrada de Delos para explorar sus fascinantes ruinas: anfiteatros, templos, plazas, mercados y santuarios dedicados a los dioses griegos. En el centro de Jora, podrá admirar las preciosas vistas mientras saborea los suculentos platos locales: delicias de pasta filo, ensaladas griegas, queso halloumi y erizos de mar, acompañados de un buen café bien frío. Cuando se empiece a poner el sol, tómese un cóctel típico mientras contempla el atardecer desde un bar con vistas al mar. Y, por la noche, no se pierda los legendarios bares y clubes que inundan esta isla tan arrebatadoramente bella y de carácter vanguardista.