Estambul

Prepárese para vivir una aventura a medio camino entre Europa y Asia, cargada de encanto y diversidad cultural. Estambul está llena de tesoros que no se puede perder, como la Mezquita Azul del sultán Ahmed, el Gran Bazar, el opulento palacio de Topkapi y Santa Sofía. Visítelos todos y después relájese en un baño turco. Explore también los barrios más modestos de la ciudad, donde las mujeres compran deliciosos baklava y olivas frescas a la sombra de las parras. Si se le da bien regatear, podrá adquirir joyas de oro, exquisitas telas de lino y antigüedades orientales a buen precio. Para rematar el día, cene en el embriagador casco antiguo o pásese a la orilla asiática en ferri para disfrutar de la mejor comida callejera. Deleite su paladar con sabrosos platos de meze, jugosas anchoas a la brasa o suculentos kebabs. El bazar de especias cautivará aún más sus sentidos con aromas tentadores y un llamativo despliegue de color. Y, después de semejante festín sensorial, se merece una copita de raki, esté en el continente que esté. En Turquía, las fiestas no empiezan hasta bien entrada la noche, pero duran hasta el amanecer. Anímese a trasnochar con la gente que inunda las calles con vistas al Bósforo. Tome una copa en una azotea de estilo europeo, cruce al extrarradio asiático en ferri o relájese en un local tradicional turco. Esta ciudad de contradicciones es una mezcla de oriente y occidente, con corazón conservador y alma realmente moderna.