Atraviese las Rocosas canadienses

Le damos la bienvenida a Calgary, la ciudad más grande de Alberta, y punto de encuentro cultural donde la tradición ranchera se mezcla con la energía más viva y contemporánea. A su llegada, un traslado privado le llevará hasta Fairmont Palliser, un icónico hotel en el centro de la ciudad.

Con tiempo libre y una maravillosa noche de verano por delante, podrá pasear por Stephen Avenue, repleta de edificios históricos y vibrantes patios, o visitar el museo Glenbow para conocer las culturas indígenas y a los primeros pioneros occidentales.

Al caer la tarde, anímese a probar la carne típica de Alberta para cenar en uno de los célebres restaurantes de Calgary. Ponga el broche de oro a su día con una visita al prestigioso Sky 360 y contemple la espectacular vista panorámica del horizonte desde la Calgary Tower.

Tras desayunar en su hotel, comenzará un viaje hacia el oeste dirección a las montañas Rocosas, comprobando cómo el paisaje se vuelve más y más espectacular a medida que se acerca al Parque Nacional Banff. Se trata de uno de los más antiguos del mundo —se estableció en 1885—, con un paisaje de cuento de hadas, cimas escarpadas, ríos glaciales y abundante fauna. Forma parte de los Parques de las Montañas Rocosas Canadienses, declarados Patrimonio Mundial por la Unesco.

Su día incluirá un viaje a bordo de Banff Gondola, ascendiendo 2292 metros hacia la cima de la montaña Sulphur. Las hermosas vistas a su paso se extenderán sobre las seis cordilleras, con el valle del Bow a sus pies.

Más tarde, podrá explorar el pueblo alpino de Banff, repleto de galerías de arte, cafeterías y tiendas de actividades al aire libre, así como el icónico Fairmont Banff Springs, a menudo denominado el «Castillo en las Rocosas».

La exploración guiada de la mañana revela algunos de los paisajes más bonitos de las Rocosas canadienses. Viaje a través del Bow Valley Parkway en busca de alces y osos negros en su camino al lago Louise. Enmarcado por glaciares, este hermoso lago es conocido por su intenso tono turquesa.

Siga hasta el lago de Moraine, en el valle de los Diez Picos, donde el agua cristalina refleja las cimas que lo rodean. Tras un almuerzo junto al lago, la pausa tendrá lugar en Takakkaw Falls, una de las cascadas más altas de Canadá, con 300 metros de caída alimentados por un glaciar.

Regresará a Banff a última hora de la tarde, donde podrá dar un agradable paseo junto al río, ver las tiendas locales y relajarse con un tratamiento en un spa antes de degustar una deliciosa cena en el hotel.

Por la mañana, subirá a bordo del Rocky Mountaineer, el tren de lujo más conocido de Canadá, para recorrer la primera parte de su viaje. Relájese en su asiento bajo una cúpula de cristal y prepárese para un día de viaje siguiendo la ruta original de la Canadian Pacific Railway.

A lo largo de este recorrido, que dura entre 10 y 11 horas, ascenderá por los Túneles en Espiral y cruzará la División Continental a través del Kicking Horse Pass, una maravilla de la ingeniería con pronunciadas pendientes y paisajes impresionantes. A medida que descienda por el interior de la Columbia Británica, podrá observar cómo el paisaje alpino se transforma en tierras más características de los ranchos.

A bordo, disfrutará de un desayuno de varios platos y un almuerzo a base de ingredientes regionales, maridados con toda su historia y un servicio excelente. Tras llegar a Kamloops, le trasladarán a su hotel para que pueda disfrutar de la noche.

Volverá al Rocky Mountaineer para un día más de paisajes inmersivos y delicias culinarias.

Esta segunda fase del viaje por tren discurre por los empinados cañones del río Thompson y sus colinas y se adentra en el impresionante cañón del Fraser. Con suerte, podrá avistar las emblemáticas águilas americanas que circulan sobre el agua y maravillarse con la Puerta del Infierno, donde el río se canaliza a través de un estrecho desfiladero con rápidos atronadores.

El paisaje se irá suavizando a medida que el tren se acerque al valle del Fraser y se adentre en los bosques tropicales cercanos a Vancouver. A su llegada, un vehículo privado le trasladará al Fairmont Waterfront, un elegante hotel con vistas al Canada Place y su puerto, donde se sentirá como en casa y podrá dedicar la tarde a explorar y relajarse.

Tras un suculento desayuno en el hotel, disfrutará de una visita guiada de medio día por Vancouver, una de las ciudades costeras más bellas del país. Entre las opciones se incluyen recorrer el malecón de Stanley Park en coche, explorar los tótems de las Primeras Naciones y pasear por los coloridos puestos del mercado de Granville Island.

Después, podrá dirigirse al Vancouver Lookout, un mirador a 160 metros de altura, para disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad, el mar y las montañas North Shore.

Tras la excursión, le llevarán en transporte privado a la terminal de cruceros, donde comenzará su aventura por mar.